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Nicaragua: ¡Las niñas merecen vivir en plenitud!

Crédito: Kristhal Figueroa

Hace 12 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, con el propósito de reconocer los derechos y los desafíos específicos que las niñas se enfrentan en el mundo. “El Día Internacional de la Niña se focaliza sobre la necesidad de abordar los retos a los que se enfrentan las niñas, promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos”, explicó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su sitio web.

 Por Periodistas Feministas Nicas

 En Nicaragua, la crisis de los derechos dumanos se ha agravado. Cada vez más, los derechos de las  mujeres y las niñas están vulnerables, pues múltiples instancias que promovían, defendían y construían iniciativas para educar con enfoque de derechos han sido perseguidas o clausuradas. Para el 15 de  febrero de 2023, se habían cerrado 170 organizaciones no gubernamentales de un total de 3 mil 243, por la dictadura Ortega Murillo, que se dedicaban exclusivamente a trabajar por la niñez y solventaban vacíos de la institucionalidad del actual gobierno y sus políticas públicas.

 A pesar de la crisis, en este artículo Paula*, psicóloga feminista y educadora nicaraguense especializada en trabajar con la primera infancia, comparte algunas maneras para empoderar a las niñas desde los salones de clases, pero también, en el ámbito familiar.

 

Tres pilares: autocuidado, autoestima y autoconfianza

 Desde la experiencia docente y su formación como psicóloga, Paula resaltó  a la primera infancia (entre los 0 a 6 años de vida) como una etapa fundamental para comenzar el empoderamiento de las niñas, atendiendo a las dimensiones del autoestima, el autocuidado y autoconfianza.

 Según eñ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), estos primeros años son decisivos para la niñez porque forman más de un millón de conexiones neuronales por segundo, un ritmo que nunca se volverá a repetir". Es imperativo que las niñas alcancen su potencial, uno de sus derechos humanos, a través de entornos con “progenitores y cuidadores que demuestren amor y ofrezcan atención de la salud y nutrición, protección contra daños, seguridad, oportunidades para el aprendizaje temprano y cuidados que impulsen el desarrollo, como hablar, cantar y jugar”, señaló el sitio web de la organización.

 Paula, señaló la importancia de transversalizar actividades que promuevan el amor propio, el conocimiento de las partes de su cuerpo, la expresión a través de la palabra, el dibujo y el juego, que fomenten el autoconcepto positivo de las niñas en las diferentes asignaturas que imparte. “Es importante que las niñas encuentren su propia voz y pongan en práctica este mensaje: las niñas pueden desarrollarse en todo lo que desean. Yo potencio mucho que ellas pueden desarrollarse en sus intereses propios, en las matemáticas, la literatura, el deporte. También promuevo enseñarles el cuidado de su cuerpo  y que llamen a las partes de su cuerpo como deben  llamarse porque eso ayuda a las niñas a protegerse y empoderarse” señaló.

 Según Paula se debe  ser consciente de que los mensajes compartidos con las niñas mediante la palabra, o las acciones afectivas y de cuidado impactan en el presente pero también en las futuras mujeres que van a convertirse. “Aún no hay mucha conciencia de lo importante que es vivir la infancia de una manera sana, memorable, sin violencia, sin exposición a peligros, es decir, a todas estas cosas que las niñas lastimosamente en Nicaragua se enfrentan”, explicó.

 

La deconstrucción de estereotipos de género

 Los estereotipos de género se construyen desde la infancia y se basan en los roles de género asignados en los marcos sociales de cada cultura. En Nicaragua siguen prevaleciendo tanto en el ámbito privado, como en lo público y en el sistema de educación, formas tradicionales y retrógradas donde se asocia lo femenino a ser “delicado”, a que el color rosado es exclusivamente para las niñas y a crecer con la idea de la maternidad obligatoria.

 Paula identifica como un desafío, lidiar con estos mandatos de género en el colegio donde trabaja y en la relación con algunas madres y padres de familia, por lo que su propuesta educativa es hacer ajustes en sus planes de clases para transformar los roles. “Un ejemplo común que te puedo dar es el hecho de que a las niñas se les asigna el rosa y a los niños azul; a las niñas muñecas y los niños fútbol.  Yo he intentado incidir en juegos más neutros, por decirlo así, o, incluso, mantener los mismos juegos pero con la participación de las niñas”, explicó.

 Otro aspecto que destaca Paula, es la importancia de que las niñas jueguen, griten, platiquen, lean y conozcan diferentes referentes de mujeres para nutrir en ellas lo que pueden elegir sobre su futuro “Existe, a nivel social y en el ámbito religioso, el pensamiento de que las niñas deben ser mamás. O sea, que el único fin de las niñas es procrear. Esto es un tema agobiante, sobre todo en la infancia porque las niñas no deberían de tener ese peso encima tan pequeñas. Más bien, hay que promover que las niñas pueden hacer muchas cosas más”, indicó

 

Recursos didácticos para promover los derechos de las Niñas

 Según Paula, en Nicaragua los derechos humanos son un tema olvidado a nivel general y sobre todo para las niñas.  Desde una visión adultocéntrica no se respeta a las niñas como seres en construcción, desarrollo y aprendizaje. “En nuestro país hay muchas problemáticas que pasan desapercibidas respecto a las niñas porque están muy normalizadas. Es fundamental que las personas que logran verlas, que también tienen la disposición, las herramientas y el conocimiento para incidirno desistan porque es urgente y necesario. Ni siquiera se está cumpliendo el derecho principal de las niñas que es ser, vivir y crecer como niñas”.

 Sobre la promoción y la defensa de los derechos de las niñas, Paula enfatiza que

garantizarlos es una tarea de las personas mayores de edad y adultas que integran las familias, las escuelas y las instituciones del Estado, porque las niñas no pueden cargar con la obligación de defender sus derechos. Ellas deben estar potencialmente viviendo a plenitud su momento de vida.

 De manera específica se recomienda

 ●       Enseñar a las niñas el cuidado y la higiene de su cuerpo.

●       Fomentar la confianza en las niñas para hablar y contar lo que les pasa. No utilizar los secretos como una forma de comunicación.

●       Proteger a las niñas explicándoles cuáles son situaciones de abuso y violencia sexual, y hacerles saber que los violadores no están solo en la calle, que pueden haber personas de confianza que se conviertan en abusadores.

●       Escuchar a las niñas, ver qué intereses tienen y apoyarlas.

●       Utilizar materiales lúdicos como el libro Ale, Ale…¿puedo? para enseñar sobre el autocuidado y para deconstruir roles de género el libro Hay algo más aburrido que ser una princesa Rosa.

●       Crear espacios seguros donde las niñas puedan jugar, divertirse y explorar su creatividad.

 “Una niña que tiene un apoyo constante en su familia es menos vulnerable ante los retos con los que se puede llegar a topar en la sociedad”, concluye Paula.