El pañuelo verde y la búsqueda por la autonomía de los cuerpos

El pañuelo verde comenzó a ser utilizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Argentina en 2005. Años más tarde, en 2018, el símbolo cruzaría fronteras y sería utilizado en el resto de Latinoamérica- Una región donde tres de cada cuatro abortos ocurren de forma peligrosa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Fotografía: Karen Lara

Los movimientos sociales, como el feminismo, crean símbolos que permiten que sus demandas sean entendidas e identificadas con mayor facilidad. Según la socióloga feminista Andrea Rodríguez, el pañuelo verde “simboliza la lucha por la despenalización del aborto, pero también la complejidad que eso implica en temas legales, de salud y de historia del movimiento (feminista)”. Este elemento posibilita que el mensaje sea más accesible y fácil de difundir. 


La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Grauito de Argentina escogió el verde para el pañuelo debido a que es un color vinculado con la vida, explicó Marta Alanis, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD). En ese momento, además, “no reflejaba identidades partidarias”. 

Este color está también vinculado a la ecología. “Representa el feminismo latinoamericano que tiene tantos matices y colores. En el verde también reflejamos la megadiversidad biológica que tiene este territorio”, señaló la estudiante y feminista Lucía José. 

El derecho a decidir 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 45% de los abortos se realizan en condiciones peligrosas. El 97% de las interrupciones a los embarazos se practican en países en vías de desarrollo, como Guatemala. 

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que cada año se practican 670 mil abortos inseguros en niñas de 15 a 19 años en Latinoamérica. Ante esta realidad, el movimiento feminista identifica la urgencia de despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo. 

Según Ana Silvia Monzón, socióloga, investigadora y feminista, la despenalización del aborto es parte de las demandas históricas de los derechos sexuales y reproductivos. En Guatemala, se remonta a los años noventa con mayor fuerza y visibilidad. “Se comenzó a nombrar en los años previos a la Conferencia de Cairo en 1994. Era un momento de más conservadurismo católico. Dado este contexto, fue nombrado como despenalización más que como legalización”, narró. 

Existen dos modelos que permiten la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. En el primero, llamado “por plazos”, se establece una temporalidad para abortar, por ejemplo, antes de las 12 semanas de embarazo. Países como Colombia y Argentina lo contemplan en su legislación. 


El segundo modelo es el llamado “de causales”. En él, se establecen condiciones específicas en el embarazo (como malformación del feto, violación sexual o riesgo para la vida de la mujer) para poder abortar. Los códigos penales de países como Guatemala y Costa Rica consideran este modelo. Pero verificar la existencia de estas situaciones durante el embarazo condiciona el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y “las revictimiza”, señaló la feminista, Ximena Aguilar. 

Ambos modelos son insuficientes en la realidad guatemalteca, señaló Aguilar. “Con las condiciones de nuestro sistema de salud, una persona podría enterarse de su embarazo hasta la semana dieciséis porque no hay acceso a las pruebas de embarazo o existen muchos estigmas y desinformación sobre salud sexual y reproductiva”, explicó. Por este motivo, considera que el objetivo debe ser la despenalización total del aborto. 

Para que las mujeres ejerzan verdadera autonomía, también es necesaria la despenalización social del aborto. “Antes de la criminalización estructural o del Estado, llega la social del derecho a decidir. El aborto es percibido como algo negativo y se sigue viendo al embarazo como un castigo”, explicó Ximena Aguilar. “Nuestro horizonte, sueño y utopía es la despenalización total del aborto”, finalizó. 

De un pañuelo blanco a la marea verde 

Desde los años ochenta, la Asociación de las Madres de la Plaza de Mayo busca recuperar con vida a los desaparecidos durante la guerra interna de Argentina, así como promover el enjuiciamiento de los responsables de los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante esta etapa. En 1980, realizaron una peregrinación hacia la Basílica de Luján, donde repartirían folletos sobre su causa. Buscaban una manera de identificarse y para ello, escogieron un pañuelo blanco, explicó en una entrevista Nora Cortiñas, integrante de la organización. 

El pañuelo era originalmente un pañal de bebé. Lo escogieron porque todas tenían uno en sus hogares. Representaba, además, las tareas de crianza asumidas tradicionalmente por las mujeres. Les bordaron los nombres de sus familiares desaparecidos. De esta manera, sin querer, crearon el símbolo de las Madres de la Plaza de Mayo. 

El pañuelo blanco inspiró a las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito para crear el pañuelo verde. Con el paso de los años, su uso se difundió al resto de Latinoamérica. 

El pañuelo verde trasciende fronteras debido a que las mujeres latinoamericanas comparten una misma demanda: la de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Se volvió en una forma de identificarse con otras mujeres que comparten esta lucha”, señaló Andrea Rodríguez. 

“Algunos países tienen legislaciones más respetuosas por los derechos de las mujeres, pero la mayoría seguimos teniendo leyes que criminalizan el aborto, lo prohiben en todas sus formas o lo restringen a casos muy específicos. Entonces compartimos un sentir y vemos que la demanda ya no es solo personal, sino colectiva. Usamos el pañuelo porque compartimos una causa y un sentir colectivo”, explicó la socióloga. 


El caso de Guatemala


El feminismo, como movimiento consolidado, llegó a Guatemala en la segunda mitad del siglo XX. Durante las primeras décadas, diversos símbolos fueron utilizados en las actividades y movilizaciones feministas. Ana Silvia Monzón recuerda que el color violeta y el lila eran usados en afiches y pañuelos. “También se usó el azul en los primeros años para denunciar la violencia contra las mujeres”, señaló. 


Según Monzón, el pañuelo verde comenzó a verse en las marchas y actividades feministas en Guatemala en 2010. Cinco años después, en 2015, comenzó a ser utilizado con más frecuencia. Ahora, es portado por las mujeres con regularidad en las movilizaciones en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8 de marzo) y el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre). 

El pañuelo verde es utilizado también en la cotidianeidad. Algunas mujeres, sobre todo las jóvenes, lo portan en sus mochilas o bolsos. “Representa a la autonomía sobre nuestros cuerpos, la despenalización del aborto y el derecho a decidir, pero cada una tiene sus razones personales para portarlo. Hay chicas que lo utilizan por la historia que han vivido o porque pasaron por una interrupción del embarazo. Nuestras decisiones políticas y nuestras posturas están relacionadas con lo que nos atraviesa como personas”, explicó Ximena Aguilar. 


Para la estudiante Lucía José, utilizar el pañuelo verde en distintos espacios les recuerda que no dejan de ser feministas. “Nos recuerda que lo personal es político y que seguimos luchando por la conquista de nuestros derechos. Utilizarlo día a día es seguir reivindicando eso”, señaló. 


Utilizar el pañuelo verde en la cotidianeidad permite reconocer a otras compañeras que se encuentran en la misma lucha. “Permite reconocernos como aliadas y saber que no estamos solas”, explicó Lucía. 

Fotografía: Karen Lara

Pero los símbolos no significan lo mismo para todas las personas. La interpretación social varía según la ideología e historia de cada sector. “Para el movimiento feminista, el pañuelo verde es un símbolo de lucha política y reinvindicación y se porta con cierto orgullo. Para los conservadores o quienes están en contra de la despenalización del aborto, es visto como una amenaza para los valores tradicionales. Como respuesta se creó el pañuelo celeste que también inicia en Argentina y se adopta aquí. Los movimientos provida también son internacionales”, finalizó Andrea Rodríguez. 

Kristhal Figueroa

Periodista y socióloga en formación. Interesada en narrar la situación de las mujeres, movimientos sociales y juventudes. Feminista de la periferia de la Ciudad de Guatemala. Becaria de la International Women’s Media Foundation e integrante de la octava generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.

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