Las periferias de la capital resisten en el #ParoNacionalIndefinido

El 2 de octubre, los 48 Cantones de Totonicapán convocaron a un paro nacional indefinido. Con el paso de los días, organizaciones sociales, autoridades indígenas y ancestrales, así como la sociedad civil se unieron al llamado y se reunieron en más de 100 puntos a nivel nacional. En las periferias de la ciudad de Guatemala, miles de mujeres también participan.  

El paro nacional indefinido sucede en un contexto de crisis política y judicialización del proceso electoral. Las y los manifestantes exigen la renuncia de Consuelo Porras, fiscal general del Ministerio Público (MP), Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), la fiscal Cynthia Monterroso y el juez Fredy Orella. Las cuatro autoridades han participado y autorizado diversas acciones que atentan contra los resultados de las elecciones presidenciales y del proceso electoral en general. 

Las periferias 

Según el autor Héctor Ávila Sánchez en su obra Periurbanización y espacios rurales en la periferia de las ciudades, la periferia es un espacio “subordinado al ámbito central de la ciudad, muy lejano”. Así, las periferias de la ciudad de Guatemala son aquellos municipios adyacentes, como Villa Nueva, Mixco, San Miguel Petapa y San José Pinula.

Estos municipios son dependientes de la capital debido a que, en gran parte del tiempo, sus habitantes trabajan, estudian y ocupan sus momentos de ocio allí. En 2017, según Carlos Sandoval, el entonces vocero de la Municipalidad de Guatemala, más de un millón 800 mil personas se movilizaban diariamente a la ciudad de Guatemala para trabajar. Por este motivo, las periferias son también llamadas ciudades dormitorio, porque sus habitantes llegan por la noche y salen de nuevo en horas de la madrugada. 

Las periferias son territorios impactados por distintas problemáticas y, a la vez, abandonados por sus municipalidades y el gobierno central. Unas semanas antes de que el Paro Nacional iniciara el 2 de octubre, usuarios reportaban hacer hasta dos horas de tráfico al salir de sus trabajos rumbo a sus hogares. El 25 de septiembre, en San Miguel Petapa se reportaron fuertes inundaciones y derrumbes por el desbordamiento del Río Platanitos. En junio del 2022, en una de las vías principales de Villa Nueva se reportó un hundimiento que provocó la muerte de dos mujeres que transitaban por allí. Este era el segundo hundimiento en menos de 5 meses y tardó meses en ser arreglado. 

Con estas dificultades, la población de dichos municipios salió a las calles a manifestar y unirse a las acciones populares en el marco del paro liderado por los territorios y las autoridades indígenas. 

Hasta 145 puntos en manifestación 

Durante once días, miles de personas se sumaron al Paro Nacional. El día 8 de octubre, el medio de comunicación digital Prensa Comunitaria reportó hasta 145 puntos de manifestación en caminos y carreteras a nivel nacional. En las periferias de la capital, las y los vecinos se organizaron para unirse a la jornada de lucha popular. 

En Villa Nueva, las manifestaciones se condensaron en más de 9 puntos. Uno de ellos fue en el kilómetro 14 de la carretera CA-9, por la cual transita el transporte pesado que viaja rumbo al sur. Las vecinas se reunieron también en las vías alternas, por la colonia Marianitas, la carretera privada Vía Alterna al Sur (VAS), la colonia El Búcaro y el puente Tubac. En esta última ubicación, la noche del 10 de octubre, las manifestantes hicieron una actividad para pintar junto a niñas ilustraciones con referencias al paro. 

Las manifestaciones en Villa Nueva, al igual que en otras periferias, han permitido a la población generar nuevos espacios de recreación, los cuales son pocos en el municipio. Las vecinas han aprovechado la toma de carreteras para salir a bailar, jugar pelota y manejar bicicleta. Las une las mismas solicitudes que el movimiento exige a nivel nacional. 

“Hoy estamos todas aquí manifestando en Villa Nueva porque exigimos la renuncia de Consuelo Porras y de cada uno de los corruptos que están dentro del gobierno. Tengo 20 años y he sufrido cada una de las cosas que los gobiernos nos han hecho”, dijo Lourdes Carías, estudiante que manifiesta sobre el kilómetro 14 de la CA-9. 

En Mixco, las ciudadanas también tomaron las calles. Sobre el kilómetro 19 de la ruta Interamericana, las vecinas de Ciudad Satélite impiden el paso del transporte pesado a la única entrada de la zona 9 de Mixco desde hace cinco días. El plantón se mantiene gracias a la solidaridad de las mujeres, quienes comparten alimentos y bebidas con las y los manifestantes. 

“Estamos hartas de tanta corrupción, de la situación que estamos viviendo en el país, no solo en este tiempo. Llevamos más de 8 años esperando que esto pase. (...) El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, dijo Isabel Parmilla quien, junto a su hermana, ha manifestado frente al colegio Santa Catalina Laburé en Mixco. 

Ante el abandono Estatal, las periferias también resisten. 

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres. Mantener la memoria VIVA de casos históricos como el Caso Molina Theissen, el caso de las abuelas de Sepur Zarco y el Caso de las 56 niñas en el Hogar Seguro Virgen de La Asunción. Un espacio sembrado y formado con miradas feministas, comunitarias y sobretodo resilientes ante la violencia contra las mujeres en el mundo. En noviembre de 2018 accedimos a un pequeño fondo del Fondo de Acción Urgente - FAU, en un encuentro entre activistas, abuelas, jóvenes, indígenas, mestizas, brujas, chamanas, ancestras, sanadoras y defensoras del territorio de Abya Yala en Paraguay, nos dimos cuenta de la necesidad de cómo y porqué visibilizar esas luchas históricas de las defensas de los territorios por las mujeres y trascender de lo nacional a lo continental, colocarles nombre, historicidad, palabra, amor, ternura, arte y sobretodo una memoria viva que mantenga presentes nuestras luchas en el mundo y la era digital, pero que también nos llevó al camino de reencuentro consciente con nuestros cuerpos y territorios personales como fundadoras de la revista.

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