Representar a las estudiantes en una facultad de hombres

Sahara Méndez Anckermann es una joven de 21 años, estudiante y actual vocal estudiantil ante el Consejo Directivo de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Desde su ingreso a la universidad, decidió que dedicaría su vida a ayudar a otras personas. Ahora, se dedica a combatir la idea de que “agronomía es una facultad de hombres”. 

La mayor parte de su vida, Sahara estudió en instituciones de educación pública, como el Instituto Normal Central para Señoritas Belén. Aún atesora los recuerdos de esa etapa, “por lo difícil que la vida de cada una de nosotras era y cómo pasábamos penas, pero siempre intentábamos solidarizarnos”, explicó. Sahara se describe como alguien a quien le gusta convivir con sus seres queridos. 


Después de un momento difícil en su vida, Sahara decidió que utilizaría su vida para apoyar a las otras personas. Comenzó a reflexionar sobre el cuidado del medio ambiente, y descubrió que la producción agrícola era una de las áreas más demandantes y contaminantes en el mundo, así como una de las principales causas de la pérdida de la biodiversidad. “Dije: de aquí soy”, narró. 


Actualmente, Sahara estudia Ingeniería Agronómica en Sistemas de Producción Agrícola en la Facultad de Agronomía, donde solo un aproximado de 40 al 45 % de las estudiantes son mujeres, según indicó. Le apasiona el activismo y la educación ambiental, especialmente a niñas y niños. “Me quiero enfocar en aprender y aplicar la agroecología y el ecofeminismo junto con la seguridad y soberanía alimentaria, y las prácticas de los conocimientos ancestrales”, explicó. 


Ingresar a un ambiente mixto como la universidad después de estudiar solo con mujeres, fue una experiencia que Sahara califica como incómoda. No sabía cómo relacionarse con hombres fuera de su familia, pero siempre contó con amigas que la aconsejaban y la apoyaron durante su proceso de adaptación. “Me adapté al punto de normalizar, a esa edad y en ese ambiente, las bromas machistas y homofóbicas que se hacían”, señaló. 


La experiencia presencial de Sahara en la facultad fue corta debido a los protocolos ejecutados por la universidad ante la pandemia de covid-19. “Cuando una entra a la Universidad, viene con la ilusión de que es un espacio donde desarrollarás todo tu potencial y aprenderás de la mejor manera, pero luego ves el trasfondo y la telaraña de problemas que tienes que atravesar”, indicó. Consideró  que las mujeres estudiantes en la Facultad de Agronomía deben afrontar diversos retos, el primero derribar el estigma de que “agronomía es una carrera para hombres”. 


Para Sahara, el segundo reto que debió afrontar es el no perder su identidad para poder encajar. Además, como estudiantes mujeres, también son obligadas a “armarte de un escudo de prevención para los parásitos acosadores que habitan en esta facultad”, explicó. 


Después de varios años en la facultad, las amigas de Sahara la animaron a participar en las vocalías estudiantiles en el Consejo Directivo. Las describieron como puestos de representación desde donde podría ejercer un cambio. Sahara dudó mucho si participar, principalmente por los comentarios dañinos que sus compañeros hacían sobre ella. 


Fue electa para el período 2022-2023. La toma de posesión se postergó, por lo que probablemente su representación terminará hasta el 2024. En el espacio descubrió que “por ser mujer, y sin que sea notorio para los otros, se te deja caer mayor peso de responsabilidad, se te levanta la voz, se te interrumpe cuando hablas y se te falta el respeto más a menudo. Esto es aún peor al lado de señores adultocentristas que creen tener siempre la razón”, señaló. 


Como representante estudiantil, Sahara comenzó a trabajar un normativo contra el acoso sexual en su facultad. También ha brindado acompañamiento a las estudiantes que han experimentado este tipo de violencia. “El problema es que, al llegar las denuncias, no hay nada que asegure protección para la sobreviviente, ni acompañamiento necesario”, explicó. 


A pesar de los retos y las dificultades, Sahara está comprometida con continuar con su rol de representante. A todas las mujeres jóvenes que desean participar dentro de la política estudiantil, les aconseja armar una red de amigas a quienes admiren y que estén dispuestas a apoyarlas y aconsejarlas cuando lo necesiten. “La salud mental, las clases y los problemas sociales crean un mar de crisis existenciales, las cuales influyen en tu criterio propio y forma de actuar”, señaló. Por ello, considera fundamental también buscar el acompañamiento de profesionales de la psicología mientras se ejercen puestos de representación.


“Es importante tener un equilibrio entre la política, las actividades recreativas, el estudio, la familia y las amigas. Hagan un listado de frases y canciones motivacionales para cuando ya no puedan más y agradezcan siempre a la vida y a ustedes mismas la experiencia que están viviendo”, finalizó.

Kristhal Figueroa

Periodista y socióloga en formación. Interesada en narrar la situación de las mujeres, movimientos sociales y juventudes. Feminista de la periferia de la Ciudad de Guatemala. Becaria de la International Women’s Media Foundation e integrante de la octava generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.

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