Mujeres mayas, Xinkas, Garífunas y mestizas urgen actuar frente a la violencia
Escrito por Ana Alfaro
La violencia contra las mujeres persiste en todos los ámbitos, desde el hogar hasta los espacios públicos, y se refleja en las miles de denuncias que cada año quedan sin respuesta. En Guatemala, se han registrado más de 96 mil casos en el Ministerio Público (MP) en los últimos dos años, lo que demanda atención urgente, indican organizaciones sociales.
Por Ana Alfaro
Las mujeres se enfrentan a la violencia en todos los espacios: familiar, escolar, laboral y en lo público. La violencia es todo lo que cause daño o degrade la dignidad de las mujeres, niñas y jóvenes. Por eso, se han creado consignas internacionales como en España el “yo sí te creo”, “el Estado es un macho opresor” por la Tesis en Chile y el “ni una menos” en Argentina, ante el hartazgo y rechazo a la violencia que viven en su cotidianidad.

Madres y niñas asistieron a la caminata del #25N en Guatemala - Crédito: Ana Alfaro
En Guatemala esta violencia se evidencia en las 96 mil 493 denuncias presentadas por mujeres en el MP, la institución encargada de investigar los casos, y que según las organizaciones de mujeres que integran el Consorcio por los Derechos Sexuales y Reproductivos, en su mayoría son desestimadas.

Consignas, carteles y cifras de femicidio se visibilizaron en la caminata. - Crédito: Ana Alfaro
De acuerdo con los datos, la violencia sexual, es una de las más denunciadas en el país, y se manifiesta en acoso, agresiones o cualquier acto que degrade el cuerpo. El MP ha registrado 9 mil 063 en los últimos tres años. Ruda consultó a la comunicadora de esta institución sobre tales datos señalados por las organizaciones. Pero, al cierre de esta nota no se contó con respuesta.
Solo en este año la Coordinadora 25 de Noviembre dio a conocer que en este 2025 hubo 376 muertes violentas de mujeres, pero el número de agresores procesados fue del
0.13%. Hasta el 2022 se estima que hubo un 85% de impunidad en casos de violencia contra la mujer, según el Consorcio por los Derechos Sexuales y Reproductivos. El incremento de violencia no solo se mide en esos datos, también se expone que el 48% de adolescentes mayores de 15 años han vivido al menos un tipo violencia, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi).
El Sector de Mujeres de Guatemala y el Gobierno de México, un país que refleja altos índices de violencia contra la mujer en Latinoamérica, han compartido en sus redes sociales los tipos de violencia que viven las mujeres:

La violencia digital y el acoso se han denunciado mayormente en los últimos años. En el segundo en mención, el desafío es contar con pruebas y al no tenerlas el sistema no las toma en cuenta, explican expertas.

El acoso sexual es otra situación que afecta a las mujeres. Crédito: Ana Alfaro
OCACGT: “No pasa nada, si denuncio el acoso”
El Observatorio contra el Acoso Callejero Guatemala (OCACGT), una colectiva que ha seguido de cerca el tema del acoso, señalan que el acoso sexual en las universidades es una problemática estructural que limita el derecho a la educación, a la salud y a la vida libre de violencia. “El acoso, se refiere a conductas de contenido sexual no deseado que atentan contra la dignidad”, señala el informe del observatorio.
Recientemente en OCACGT entrevistaron a seis estudiantes de las universidades San Carlos de Guatemala, Rafael Landívar y Mariano Gálvez para el informe “Efectos psicoemocionales del acoso sexual y callejero, en la vida de mujeres estudiantes universitarias”. Entre lo que destaca es que las mujeres se aíslan, abandonan sus estudios al no continuarlos, de acuerdo a Virgina Jiménez, socióloga parte del equipo a cargo del estudio.
Este testimonio, que documenta el estudio, evidencia el caso de una mujer, víctima de acoso sexual por un docente, en la Universidad de San Carlos de Guatemala. “Un catedrático me dijo: si vas a mi oficina, te aseguro que pasarás el curso”, contó. Ella prefirió perder el curso ante el acoso del docente, según el informe de OCACGT.
¿Quiénes acosan?
La Red Interuniversitaria Seguras y Educadas (RISE) describe que quienes acosan son: el 56.8 % catedráticos, auxiliares, directores, personal administrativo o seguridad y el 21% compañeros universitarios.
En la Universidad de San Carlos de Guatemala se han documentado 787 casos de acoso en el 2018, según la Asociación de Estudiantes Universitarios y la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Las organizaciones de mujeres trans también participaron en el #25N - Crédito: Ana Alfaro
Efectos psicoemocionales
El acoso tiene efectos en quien lo sufre, por ejemplo, las seis mujeres entrevistadas de edades comprendidas entre los 23 a 45 años, para el informe de OCACGT, identificaron como efectos psicoemocionales la frustración, ansiedad, depresión; también síntomas físicos porque las expertas en psicología y terapias alternativas señalan que “los efectos son psicodemencionales” que se reflejan socialmente y físicamente.
Las entrevistadas argumentaron que no han tenido acompañamiento psicológico, excepto una. Mientras los efectos psicológicos fueron: ansiedad, que se relaciona con dolores de cabeza, pérdida del sueño, dolor de garganta, estados de hipervigilancia, alerta.
Además el acoso provoca pérdida de autoconfianza, culpa, aislamiento y problemas digestivos.
“Yo pensé que la universidad iba a hacer una experiencia académica y resultó una de violencia”, dijo una de las estudiantes.
Caravana 25N
Ante la problemática expuesta, en el marco del 25N, mujeres indígenas, garífunas, afrodescendientes, mestizas, adultas mayores, niñas, adolescentes, lesbianas y mujeres trans salieron a las calles desde la Plaza de Derechos Humanos, de la Ciudad de Guatemala, para condenar la violencia y exigir sus demandas al sistema de justicia que protege a los agresores que los blinda de impunidad.

Mujeres con discapacidad exigieron sus derechos. Crédito: Ana Alfaro
Las sobrevivientes del Conflicto Armado Interno se sumaron a las marchas, llegaron desde Alta Verapaz, para exigir justicia. Su lucha ha permitido llevar los casos a los tribunales del país y ha logrado condenas contra expatrulleros, como el caso Mujeres Achi’.
Mientras tanto los tambores resonaron con la fuerza de las niñas de Coincidir que estuvieron al inicio de la marcha con consignas en defensa de los derechos de las infancias en el país. Ellas mostraron una manta hecha con pintura en la que se leía: “Las niñas presentes, lucha como niña”.
También participaron mujeres con discapacidad visual, motriz y con Síndrome de Down quienes exigieron que no continúe la discriminación.
“Hago un llamado al Estado para tome su papel para velar por todas la mujeres y un llamado al ejecutivo y judicial y a la fiscal general, porque en el Ministerio Público las denuncias son ignoradas”, dijo Ingrid Herra, quien interpuso una denuncia por discriminación en el transporte público Transmetro y no ha obtenido respuesta por parte del del MP.
A la mitad de la caminata en el Ministerio de Gobernación, una adulta mayor se detuvo frente a policias que custiodiaban las instalaciones y expresó con un cartel la frase: “Alto embarazo forzado es tortura”, acompañada de la consigna por grupos de mujeres que alzaban su voz: “la polícia no me cuida, me cuidan mis amigas”.
“Queremos que ya no exista discriminación, libres de violencia y las mujeres podamos alzar la voz ante cualquier tipo de violencia. Mi mamá fue una persona violentada y no le deseo a ninguna otra mujer que atraviese por lo mismo”, expresó Berta Gamboa, quien viajó desde el municipio de Livingston, departamento de Puerto Barrios, hacia la capital para participar en la manifestación.
Mientras avanzaba la caravana, que integró un total de ocho bloques, se escuchaban las exigencias de trabajadoras domésticas y mujeres jóvenes contra el acoso y femicidios.

La marcha concluyó al mediodía frente al Palacio Nacional de Cultura. Crédito: Ana Alfaro
La marcha finalizó frente al Palacio Nacional de la Cultura y se desvió por un momento por el Congreso de la República, debido a las festividades navideñas.
Mientras en el Congreso aun se espera que avance la iniciativa de ley 6280 contra la violencia sexual digital, que busca tipificar el ciberacoso sexual y suplantación de identidad.

Mujeres trans exigieron justicia por los transfemicidios en el país. Crédito: Ana Alfaro
Participaron de esta nota
Ana Alfaro
165 artículos
Jasmín López
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, conmemorado el pasado 25 noviembre, los feminismos indígenas y comunitarios se manifestaron en diversas acciones en los departamentos de Quiché, Izabal, Petén, Alta Verapaz, entre otros.
En Guatemala, los sectores religiosos se han caracterizado por apoyar abiertamente movimientos en contra de los derechos de las mujeres y promover una cultura de silencio frente a la violencia machista. En su séptimo año consecutivo, la campaña “Oramos pero también denunciamos” apunta a transformar esta realidad promoviendo la justicia de género desde las iglesias.
Ruda
Mujeres con discapacidad, indígenas, mestizas, musulmanas, LGBTIQA+, artistas, trabajadoras, niñas y adolescentes salieron a las calles de la capital este 25 de noviembre, para denunciar la violencia machista en todas sus manifestaciones, y dar a conocer propuestas para combatirla.